David Matarranz/SEGOVIA
Segovia será escala en dos recorridos previstos por el tren Al-Andalus para las dos primeras semanas de julio. Este tren está operado por la división de trenes turÍsticos de RENFE. La ciudad está integrada en una ruta que une Madrid con Zaragoza, pasando por otras ciudades como Ávila, Salamanca, Burgos y Pamplona. El precio de un billete oscila desde 2.850 euros en suite doble estandar y los 3.400 euros de las suite doble superior.
Si en los últimos años las ciudades costeras han buscado ser escala de cruceros como una fuente ingresos de calidad asociados al turismo, la ausencia de mar en Segovia no es impedimento para vivir una experiencia parecida, solo con una pequeña diferencia, los «cruceristas» llegan en tren. El mítico tren hotel de lujo Al Andalus tiene prevista su llegada a la estación de nuestra capital los días 5 y 23 de julio y la ciudad podrá vivir una experiencia similar a cuando llega un crucero a puerto con la aportación de turistas de alto poder adquisitivo.
Los viajeros del Tren Al Andalus podrán conocer nuestra ciudad tras viajar a bordo de un tren que en realidad es un hotel de gran lujo de estilo claśico, con servicio de comidas y alojamiento a bordo. El tren cuenta con todas las comodidades de un hotel, y con la ventaja de no tener que deshacer maletas para visitar distintas ciudades del interior. Además incluye excursiones organizadas en los destinos donde recala el ferrocarril, como visitas a bodegas o a presenciar el encierro en los Sanfermines del Pamplona en el caso de los viajeros del primer recorrido que arranca el 4 de julio en Madrid.
El tren Al Andalus es uno de los trenes turísticos emblemáticos de RENFE, junto con el Transcantábrico que suele recorrer las ciudades del cornisa cantábrica. Este año incorpora como principal novedad un mayor abanico de itinerarios, que recorren distintos puntos de la geografía española, desde el norte atlántico hasta la ya tradicional ruta andaluza. Estos trenes se basan en que el placer del viaje también se basa en un cuidadoso equilibrio entre el desplazamiento en tren y la estancia y visita en las distintas etapas de la ruta. Mientras el tren permanece en la estación, el viajero puede optar entre la excursión programada, quedarse a bordo o salir por su cuenta a disfrutar de la localidad en que se encuentre.