María Yagüe Solís / SEGOVIA
Ambas entidades han firmado un convenio de colaboración para la custodia fluvial del río Riaza. Así se pone en marcha un modelo demostrativo que pretende servir como referencia para otros ecosistemas fluviales.
WWF y la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) inician un ambicioso proyecto para trabajar por la conservación del río Riaza y sus riberas en las Hoces del río Riaza, en Segovia. Con esta colaboración, la Confederación participa activamente en la conservación de este tramo fluvial mediante la eliminación de barreras artificiales, como azudes, el seguimiento de la calidad del agua y la sensibilización de actores clave, como población local, alcaldes, pescadores y regantes.
Con la firma de este convenio, se formaliza la colaboración y el trabajo conjunto de una organización conservacionista como WWF con una Confederación Hidrográfica en un espacio natural protegido, al tiempo que se ofrece un modelo a otras Organizaciones y Confederaciones para su posible aplicación en otros lugares.
Este nuevo proyecto de custodia del río Riaza incluirá estudios técnicos y acciones de conservación sobre el terreno para fomentar la conectividad fluvial, para restablecer los caudales ecológicos en el río y para mejorar los hábitats y especies fluviales, así como para la puesta en valor del patrimonio fluvial. Se trata de conservar el entorno fluvial de las Hoces del río Riaza mediante la implicación de un organismo público como la Confederación Hidrográfica, la participación de los propietarios y usuarios del territorio, y WWF como entidad de custodia.
El objetivo es paliar los problemas que están afectando al entorno. Entre ellos, la alteración del régimen natural de caudales del tramo bajo del Riaza por la presa de Linares, que se construyó hace más de 50 años. Aunque esta presa continúa en explotación para diversos usos, existen diversos azudes en desuso que suponen un obstáculo para los peces. Por otro lado, el río sufre otros problemas de conservación como la presencia de especies exóticas invasoras (la almeja asiática, el Blackbass, el galápago de florida o el cangrejo señal) que perjudican a las especies autóctonas. También es esencial la depuración de las aguas de muchos municipios que vierten al río, que no cuentan con ningún sistema de depuración, así como la restauración ambiental del bosque de ribera en algunas zonas en las que ha sido sustituido por cultivos o plantaciones.