En memoria de Luis Yuguero

Redacción Segovia / SEGOVIA

Ésta es la carta de Aurelio Quintanilla Fisac en memoria de Luis Yuguero.

 

EN MEMORIA DE LUIS YUGUERO

Por Aurelio Quintanilla Fisac*

En Madrid, el pasado 26 de agosto, falleció a los 64 años, Luis Yuguero Herrero, presidente, desde su fundación, de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, de Segovia.

Es difícil hilvanar algunas palabras para rendir homenaje a una persona conocidísima y queridísima, y que esas palabras no se queden en los tópicos encomiásticos que se derraman, sin duda con la mejor intención, en es este tipo de escritos.

Así que me voy a permitir agrupar en una sola palabra los elogios para nuestro compañero, nuestro amigo Luis.

Esa palabra no es otra que BUENO.

Con Luis hemos perdido un hombre bueno.

De esa bondad hemos disfrutado todos: su queridísima Toñi, su familia, nosotros todos sus amigos y, claro está, el pueblo saharaui.

Desde que conozco a Luis, más de 30 años, su preocupación, su trabajo, no ha sido otro que la solidaria defensa de la causa saharaui. Y, durante algunos años, la defensa de los trabajadores en CCOO.

Proyectos de cooperación, vacaciones en paz, caravanas de ayuda humanitaria, subasta “Artistas por el Sáhara” (su orgullo, su joya de la corona), organización de jornadas para difundir la problemática saharaui, han estado siempre presentes en su cabeza y en sus acciones, incluso antes de que se canalizaran a través de la Asociación que el él fundó en el año 91, en su pueblo, en su Carbonero.

Una, dos, tres veces al año se acercaba a los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf para compartir con ellos su lucha y su vida cotidiana. Allí ya se consideraba, le consideraban uno de ellos.

Quienes conocemos a Luis sabemos que su preocupación por el pueblo saharaui iba más allá de la mera atención humanitaria, era consciente de que la solución tenía que venir de una voluntad política y que para forzar esa voluntad era necesario que aumentara continuamente el conocimiento de la causa entre la ciudadanía.

Me lo estoy imaginando leyendo este panegírico mientras lo escribo y diciéndome al oído: «Yeyo, déjate de monsergas y vete al grano, hay que aprovechar, cuando se habla, cuando se escribe para la gente, y contar el problema saharaui».

En esta ocasión no le voy a hacer caso. Quienes hayan estado en su entorno familiar o de amistades estoy seguro que de sobra conocen su causa, pero voy a aprovechar, Luis estaría encantado de leerlo, para maldecir a esa pusilánime Organización de Naciones Unidas, voy a maldecir a esos gobiernos de nuestro estado timoratos e ineptos, voy a maldecir al tirano marroquí porque entre todos han conseguido que Luis no haya conocido un Sáhara libre.

Luis, entre bromas y veras (yo creo que de veras), decía que tras la independencia, pondría un cocedero de mariscos en Dagla, en la costa sur del Sáhara Occidental y allí se retiraría a pasar sus últimos años de vida, atendiendo a los amigos que fuéramos a visitarlo. Pues eso, maldigo a quienes no han permitido que Luis haya podido cumplir su sueño y que nosotros no hayamos podido disfrutar de su hospitalidad en su Sáhara Occidental.

A Luis le vamos a echar de menos, por el cariño que le tenemos y porque será muy difícil estar a su altura en su capacidad solidaria.

Pero, con su ejemplo seguiremos en su lucha.

Luis ha disfrutado de la vida y ha hecho que quienes estábamos a su alrededor disfrutáramos, con él, de ella. Gracias Luis.

*Aurelio Quintanilla es amigo de Luis Yuguero y vocal de la Junta Directiva de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Segovia.

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