Cristina Sancho / SEPÚLVEDA
La tradición dice que a las 10 de la noche del 23 de agosto los diablillos de la iglesia de San Bartolomé recorren las calles de Sepulveda dando escobazos a grandes y pequeños.
Diez de la noche del 23 de agosto. Podría ser una fecha más pero en Sepúlveda tiene un significado especial. Se celebra la ‘Fiesta del Diablillo’. El origen de la fiesta se pierde en el tiempo, pero los más mayores del lugar no recuerdan que ésta tradición se haya suspendido nunca, ni siquiera en los años de la Guerra Civil.
Grandes y pequeños participan en el rito del Diablillo que consiste en seis jóvenes sepulvedanos que ataviados con sus trajes de diablillos y portando una linterna en la cabeza, y una escoba recorren las calles de la villa, desde la iglesia de San Bartolomé hasta la Plaza de España. A las puertas de la iglesia organizan una hoguera para posteriormente descender los 26 escalones que dan acceso al templo y comenzar el recorrido por las calles propinando escobazos a diestro y siniestro a todo aquel que se cruce en su camino.
La tradición cuenta que el 23 de agosto a las 10 de la noche San Bartolomé suelta las cadenas del Diablillo que tiene a sus pies y permite que éste dance a libremente haciendo de las suyas durante 25 minutos. Después regresará a la iglesia hasta el año que viene.
AUDIO – Pablo Alonso, recuerda la tradición del Diablillo