David Matarranz/SEGOVIA
El sol que lució de por la mañana no hacia presagiar que los cofrades de Maristas tuvieran que mirar al cielo a la hora de su primera salida en procesión. Finalmente pasadas las ocho y media de la tarde la puerta del convento del Corpus Christi se abría para que la cruz de guía de Maristas guiara el cortejo con su Vía Matris desde la popular Calle Real de Segovia hasta el Colegio Maristas en los altos del Pinarillo.
Dieciocho cargadores portando los banzos a dos hombros lograron sacar la imagen de la Virgen de las Angustias con maestría, pese a la dificultad de la maniobra dada la estrechez de la puerta del convento del Corpus Christi, con salida a la plaza del mismo nombre. Allí los los segovianos esperaban el inicio de las procesiones de Semana Santa con un ojo en la calle y otro al cielo para ver si la lluvia finalmente respetaba la programación prevista.
Capuchones, cruzados y el sonido de las dulzainas y los tambores tan característico de esta cofradía acompañó el cortejo que marchó hasta la Plaza Mayor. El recorrido inicialmente previsto era transitar por el barrio de la Judería para salir del Casco histórico por el Arco del Socorro hasta su sede colegial, pero la amenaza de lluvia se convirtió en realidad cuando la procesión marchaba a la altura del enlosado de la Catedral, protegieron la imagen con un plástico y tuvieron que retornar hasta el Corpus por la calle Judería Vieja pues la lluvia era persistente y la cofradía optó por la prudencia, desluciendo la primera procesión de la Semana Santa.
