Redacción/SEGOVIA
Miles de personas despidieron los restos mortales del torero segoviano Víctor Barrio en Sepúlveda. El cortejo fúnebre llegó a la iglesia de San Bartolomé para oficiar el funeral, con la presencia de familiares, amigos, autoridades y compañeros del mundo del toreo. Posteriormente el féretro portado por miembros de su cuadrilla se dirigió a la Plaza de España de Sepúlveda para homenajearle con su última vuelta ruedo, justo en el lugar donde en agosto se instala el coso taurino durante las fiestas de la villa. Posteriormente el féretro fue trasladado a Cantalejo, donde sus restos serán incinerados.
Gritos de «Torero, Torero» para despedir al diestro nacido en Grajera, pero radicado en Sepúlveda. Si ayer por la tarde llenaron el polideportivo Felix Arranz, hoy los sepulvedanos se echaron a la calle para dar el último homenaje a su vecino, Víctor Barrio, que el pasado sábado perdía la vida en Teruel tras ser corneado mortalmente por «Lorenzo», un toro de la ganadería de Los Maños. Hacía 31 años que un matador un de toros no perdía vida en un ruedo. Sus compañeros de profesión quisieron estar al lado de su familia, entre los presentes estuvo Enrique Ponce, José Tomás, Cayetano Rivera Ordoñez, Joselito, Jaime Ostos, Andrés Hernando, Vicente Ruiz «El Soro», Miguel Abellán, David Luguillano, Andrés Hernando, Julián López «El Juli», David Mora son algunos de los muchos matadores de toros que estuvieron en la villa. No faltaron sus compañeros de terna el sábado; Morenito de Aranda y Curro Díaz, así como el empresario de la plaza de toros de Teruel, Alberto Garcia Buj.
Entre las autoridades que acompañaron a la familia se encontraba el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; así como la presidenta de la Cortes de Castilla y León, la segoviana Silvia Clemente, o los diputados por Segovia Beatriz Escudero y Juan Luis Gordo.
Especialmente emocionante fue la llegada del féretro al centro de Sepúlveda, el mismo que Víctor Barrio pisó como torero, donde dio la última vuelta al ruedo entre aplausos y la emoción de los presentes, seguido de sus familiares y su viuda, Raquel Sanz, de luto riguroso y con una rosa blanca en sus manos.